17 de junio: Un llamado a la acción para proteger nuestro planeta

Cada año, el 17 de junio se conmemora el Día Mundial de Combate a la Desertificación y la Sequía, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1995 para crear conciencia sobre la problemática de la desertificación y la sequía, y promover acciones urgentes para mitigar sus efectos y proteger nuestro planeta.

¿Qué es la desertificación y la sequía?

  • Desertificación: Es la degradación del suelo en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, que resulta en la pérdida de la productividad biológica del suelo. Este proceso se debe a una combinación de factores, como la deforestación, el sobrepastoreo, las prácticas agrícolas insostenibles y el cambio climático.

  • Sequía: Es la escasez de agua que se produce cuando la precipitación normal en una región es significativamente menor a lo esperado, lo que genera un desequilibrio hídrico que afecta a la agricultura, la ganadería, el abastecimiento de agua potable y los ecosistemas.

Un problema global con graves consecuencias

La desertificación y la sequía son fenómenos que afectan a más de un tercio de la superficie terrestre del planeta, y ponen en riesgo la seguridad alimentaria, la salud, el bienestar y el desarrollo socioeconómico de más de 2.700 millones de personas, principalmente en las regiones más pobres y vulnerables del mundo.

Las principales causas de la desertificación y la sequía:

  • Actividad humana: La deforestación, el sobrepastoreo, las prácticas agrícolas insostenibles, la urbanización descontrolada y la extracción excesiva de agua son algunos de los principales factores que contribuyen a la desertificación y la sequía.
  • Cambio climático: El aumento de la temperatura global, la variabilidad de las precipitaciones y la intensificación de eventos climáticos extremos como sequías e inundaciones están exacerbando los procesos de desertificación en todo el mundo.

¿Qué podemos hacer para combatir la desertificación y la sequía?

  • Promover la gestión sostenible de la tierra: Implementar prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, reforestar áreas degradadas, proteger los bosques y utilizar el agua de manera eficiente son medidas esenciales para combatir la desertificación y la sequía.
  • Combatir el cambio climático: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y tomar medidas para la adaptación al cambio climático son fundamentales para mitigar los efectos del cambio climático sobre la desertificación y la sequía.
  • Fortalecer la cooperación internacional: La colaboración entre países, organizaciones internacionales y la sociedad civil es clave para compartir conocimientos, experiencias y recursos para combatir la desertificación y la sequía a nivel global.

El Día Mundial de Combate a la Desertificación y la Sequía nos recuerda que este es un problema que nos concierne a todos. Es necesario que asumamos un compromiso individual y colectivo para proteger nuestro planeta, promover prácticas sostenibles y trabajar juntos para construir un futuro más verde y resiliente para las próximas generaciones.

¡Juntos podemos combatir la desertificación y la sequía!

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