En un día como hoy de 1824, el viajero inglés William Bullock, visitó San Martín de Texmelucan durante su fiesta titular y dejó anotada la crónica.
Todo el pueblo estaba brillantemente iluminado y visto a cierta distancia aparecía una llama.
Toda la iglesia, campanario, torres y almenas tenían pequeñas teas y una mayor se encontraba colocada al frente de cada casa.
El aire se llenaba de cohetes y numerosas bandas de música desfilaban por las calles.
El ensamble era mucho más grandioso de lo que presentan nuestras poblaciones, en ocasiones similares, porque nuestras velas de cebo harían una triste figura comparada con mil pilas de rajas de ocotes ardientes.
En 1918, la Comisión Local Agraria de Puebla recibió los títulos originales de San Lucas Atoyatenco para la restitución de tierras promovida por sus representantes agrarios.
En 1920, Erasmo Sánchez, en voz de los vecinos de la calle Independencia de la Ciudad de San Martín, pidió al Ayuntamiento la autorización para celebrar el 14 de noviembre su fiesta patronal dedicada a San Diego de Alcalá con salva de cohetes, combate de gallos, jaripeo con toros y fuegos artificiales.
Y en una fecha como hoy, de 1927, Ramón Lomelí, presidente de la Junta Municipal Provisional de Texmelucan, ante la epidemia de viruela en Atoyatenco, en coordinación con el Delegado de Sanidad Federal del Estado, emprendieron la campaña de exterminio de la epidemia.
Ese mismo día, ante la Junta Auxiliar y Juzgado de Paz de San Juan Tusco, un grupo de danzantes de Tuxco y Tepeyac integraron y formalizaron el grupo de baile denominado Vaqueros para presentarlo en la Pascua de Navidad.
Esto pasaba en San Martín Texmelucan y su región, un 11 de noviembre, en distintos años de su historia.