Agustín de Iturbide, figura clave en la Guerra de Independencia de México, experimentó un punto de inflexión en su carrera militar el 9 de noviembre de 1820 al ser nombrado comandante general del Sur y rumbo de Acapulco. Este nombramiento, otorgado por el virrey Juan Ruiz de Apodaca, marca un hito en el conflicto y sienta las bases para el futuro de México.
Contexto histórico
En ese momento, la guerra de independencia se encontraba en una fase crucial. Los insurgentes, liderados por figuras como Vicente Guerrero, mantenían una fuerte presencia en el sur del país. El virreinato, ante la necesidad de sofocar la rebelión, decidió confiar en Iturbide, quien hasta entonces había sido un leal servidor de la Corona española.
El nombramiento de Iturbide tenía como objetivo principal derrotar a los insurgentes que operaban en la región sur, especialmente a Vicente Guerrero y Pedro Ascensio. Se esperaba que la experiencia militar de Iturbide, combinada con la fuerza del ejército realista, lograra sofocar la resistencia independentista.
Implicaciones del nombramiento
La designación de Iturbide como comandante del Ejército del Sur tuvo profundas implicaciones tanto para el desarrollo de la guerra como para el futuro de México.
Algunos de los aspectos más relevantes son:
Cambio de estrategia: Iturbide, en lugar de seguir una estrategia puramente militar, comenzó a explorar la posibilidad de una reconciliación entre realistas e insurgentes. Esta nueva visión lo llevaría a proponer el Plan de Iguala, que buscaba la independencia de México bajo una monarquía constitucional.
Aceleración de la independencia: El nombramiento de Iturbide y la posterior promulgación del Plan de Iguala aceleraron el proceso de independencia de México. En menos de dos años, el país logró liberarse del dominio español.
Ascenso de Iturbide: La exitosa campaña de Iturbide en el sur lo catapultó a la fama y lo posicionó como una figura política de gran relevancia. Su popularidad lo llevó a ser proclamado emperador de México en 1822.
El nombramiento de Agustín de Iturbide como comandante del Ejército del Sur fue un acontecimiento crucial en la historia de México. Este nombramiento marcó un punto de inflexión en la Guerra de Independencia y sentó las bases para la formación de una nueva nación. La decisión del virrey de confiar en Iturbide, aunque en un principio parecía contradictoria, resultó ser un factor determinante para el éxito de la causa independentista.