El día que la historia salió a la luz: El descubrimiento de la Piedra del Sol

El 17 de diciembre de 1790, durante unas obras en la Ciudad de México, se hizo uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de nuestro país: la Piedra del Sol. Esta colosal escultura, también conocida como Calendario Azteca, nos ha brindado una ventana al pasado y nos ha permitido comprender mejor la compleja cosmovisión de los antiguos mexicanos.

¿Qué es la Piedra del Sol?

Es un monolito circular de grandes dimensiones, tallado en basalto, que representa de manera simbólica los cinco soles o eras cósmicas según la cosmovisión mexica. En su centro se encuentra el dios Tonatiuh, representado como un rostro solar, y a su alrededor se encuentran diversos símbolos relacionados con los días, meses y años del calendario azteca.

¿Qué simbolizaba para la cultura prehispánica?

La Piedra del Sol representa mucho más que un simple calendario. Para los mexicas, era un mapa cósmico que reflejaba su entendimiento del universo, el tiempo y los ciclos de la naturaleza. Cada uno de sus elementos –desde el dios Sol en el centro hasta los cinco movimientos cósmicos– tenía un significado profundo relacionado con sus creencias religiosas y su organización social.

¿Cómo se descubrió?

La piedra fue hallada por casualidad durante trabajos de nivelación en la Plaza Mayor. Enterrada y oculta bajo tierra, permaneció así durante siglos hasta que salió a la luz. Su descubrimiento generó gran interés entre los estudiosos de la época, quienes comenzaron a descifrar los misterios que encerraba.

¿Qué importancia tiene?

La Piedra del Sol es de vital importancia para la arqueología por varias razones:
* Ventana al pasado: Nos permite conocer más sobre la astronomía, la religión y la cosmovisión de los mexicas.
* Referencia cronológica: Ayuda a los arqueólogos a datar otros objetos y sitios arqueológicos.
* Símbolo nacional: Se ha convertido en un icono de México y representa nuestra identidad cultural.

El descubrimiento de la Piedra del Sol fue un hito en la arqueología mexicana y nos ha legado un invaluable tesoro cultural. Gracias a ella, podemos admirar la grandeza de una civilización que, a pesar del paso del tiempo, sigue fascinándonos.

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