Cada 11 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 con el propósito de visibilizar la contribución de las mujeres en el ámbito científico y tecnológico, así como para fomentar su participación en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Un desafío histórico
A lo largo de la historia, las mujeres han tenido que enfrentar barreras para acceder a la educación y desarrollar sus carreras en el campo de la ciencia. Muchas de ellas, a pesar de sus contribuciones significativas, han sido invisibilizadas. Casos como los de Marie Curie, Rosalind Franklin, Katherine Johnson y Ada Lovelace son ejemplos de pioneras que abrieron camino para las generaciones futuras, pero que en su tiempo no recibieron el reconocimiento merecido.
A pesar de los avances en igualdad de género, las cifras actuales aún reflejan la necesidad de seguir promoviendo la participación femenina en la ciencia. Según la UNESCO, menos del 30% de los investigadores en el mundo son mujeres, y muchas aún enfrentan dificultades para acceder a puestos de liderazgo en sus disciplinas.
Impulsando el cambio
En el marco de esta conmemoración, diversas instituciones académicas, gobiernos y organizaciones realizan actividades para incentivar el interés de niñas y jóvenes en la ciencia. Talleres, conferencias y programas de mentoría son algunas de las iniciativas que buscan reducir la brecha de género en este ámbito.