En un esfuerzo conjunto por salvaguardar los derechos fundamentales de los niños en toda América, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han anunciado la creación de la Declaración de Principios Universales del Niño. Esta iniciativa histórica busca combatir la desigualdad y el maltrato que lamentablemente afectan a millones de niños en la región.
La Declaración de Principios Universales del Niño representa un compromiso firme por parte de la comunidad internacional para garantizar un entorno seguro y propicio para el desarrollo integral de todos los niños. En un contexto donde la pandemia de COVID-19 ha exacerbado las desigualdades existentes, esta declaración cobra una importancia aún mayor, sirviendo como un faro de esperanza y protección para los más vulnerables.
Entre los principales puntos de la declaración se encuentra el derecho de todo niño a vivir libres de cualquier forma de discriminación, violencia o explotación. Además, se hace hincapié en la importancia de garantizar el acceso a servicios básicos de calidad, como educación, atención médica y alimentación adecuada. Asimismo, se subraya la necesidad de promover la participación activa de los niños en la toma de decisiones que afecten sus vidas, reconociendo su capacidad para contribuir de manera significativa a la sociedad.
El proceso de elaboración de la Declaración de Principios Universales del Niño ha sido meticuloso y participativo, involucrando a expertos en derechos humanos, representantes de gobiernos, organizaciones no gubernamentales y, lo más importante, a los propios niños. Esta amplia consulta ha permitido recoger diversas perspectivas y experiencias, asegurando que la declaración refleje las necesidades y aspiraciones de los niños en toda su diversidad.
Tanto la OEA como UNICEF han expresado su compromiso de trabajar en estrecha colaboración con los Estados miembros y otras partes interesadas para implementar los principios establecidos en la declaración