En el ritual de los días de muerto, todos santos, el 31 de octubre, en la región del Valle de Texmelucan se reciben y honran las almas de los niños, chiquitos o angelitos, incluso los limbitos.
En la ofrenda deben de prenominar el color blanco de la pureza, pues no pecaron.
Las flores blancas llamadas nubes van acompañadas de juguetes, biberones y ropones.
Se procura, como en los velorios de niños, que los infantes vivos jueguen y canten rondas felices, que entre los adultos nadie esté triste.
Se deben considerar y regalar panecillos y platos con dulce.
En la cosmovisión Nahua, los niños muertos prematuramente o en edad lactante, iban a un sitio donde había un enorme árbol cuyos frutos eran senos o chichis, y de ahí se alimentaban.
Temporada de todos santos, fieles difuntos o días de muertos.