El cadáver del general Ignacio Zaragoza Seguin fue velado en la parroquia de San Martín Obispo de Tours.
En un día como hoy de 1862, víctima de la fiebre tifoidea falleció el jefe del Ejército de Oriente, el general Ignacio Zaragoza Seguin.
El presidente de México, Benito Juárez, decretó que sus restos fueran conducidos a la capital mexicana para ser inhumados en el Panteón San Fernando.
A su tránsito por San Martín Texmelucan, de paso para la capital, se le hicieron al cadáver grandes honores.
La autoridad política desempeñada por el coronel Joaquín Ortega acordó un suntuoso ceremonial y el cura párroco Don Ambrosio Serrano en unión de otros sacerdotes salió a encontrar los restos, acompañándolos hasta la parroquia de San Martín Obispo de Tours donde fueron depositados y acompañados durante la noche por una guardia de honor.
A su salida la mañana siguiente, el eclesiástico referido realizó una vigilia y expensó los gastos de la iglesia, de una manera espontánea y correcta, pronunciando un sentido discurso el ciudadano José Francisco Sánchez, alcalde de Texmelucan.
Esto pasaba en San Martín de Texmelucan oy su región, un 8 de septiembre de 1862.