San Antonio, Texas – 23 de febrero de 1836
En las primeras horas de la mañana del 23 de febrero de 1836, las tensiones en la región de San Antonio, Texas, alcanzaron su punto álgido cuando comenzó la famosa Batalla de El Álamo, un enfrentamiento que se convertiría en un símbolo de la lucha por la independencia de Texas contra México.
Las tensiones entre los colonos texanos y el gobierno mexicano liderado por el general Antonio López de Santa Anna habían estado aumentando desde la adopción de la Constitución mexicana de 1824. Los colonos buscaban autonomía y un gobierno más descentralizado, pero las tensiones llegaron a su punto culminante en 1835, cuando estalló la Revolución Texana.
El Álamo, una antigua misión española convertida en fortaleza militar, se convirtió en un símbolo crucial para ambos lados de la lucha. A fines de 1835, un grupo de rebeldes texanos, incluidos figuras notables como James Bowie y William B. Travis, ocupó El Álamo en un esfuerzo por resistir las fuerzas mexicanas.
El general Santa Anna, al mando del ejército mexicano, rodeó El Álamo con sus tropas a finales de febrero de 1836. La pequeña guarnición texana, formada por aproximadamente 180 a 250 hombres, se enfrentó a una fuerza mexicana abrumadora de varios miles de soldados.
En la madrugada del 23 de febrero, las fuerzas mexicanas iniciaron un bombardeo intenso sobre El Álamo, marcando el comienzo de una batalla que se prolongaría durante trece días. Los defensores texanos, conscientes de la abrumadora superioridad numérica del enemigo, se prepararon para un enfrentamiento desigual pero decidido.
Aunque la Batalla de El Álamo terminaría en una victoria para las fuerzas mexicanas en marzo de 1836, la resistencia y la valentía mostradas por los defensores texanos avivaron la llama de la independencia y sirvieron como inspiración para la victoria texana en la Batalla de San Jacinto en abril del mismo año